domingo, 24 de abril de 2011

¡RESUCITÓ!

ALELUYA, ALELUYA VERDADERAMENTE HA RESUCITADO JESÚS EL SEÑOR!!!!!. Gocemos y vivamos esta vida nueva. Un abrazo de gloria.


ALELUYA JESUCRISTO HA RESUCITADO!!!!. Se llevó nuestras penas y nos trae la vida nueva, junto a Él renovados sin pecados. Que nos mantengamos renovados sin pecados, nos mantengamos abiertos y disponibles a su servicio. Él nos quiere, somos sus instrumentos en la tierra, que le seamos fértiles. ¡Aleluya!

sábado, 23 de abril de 2011

SÁBADO SANTO, EN ESPERA VIGILANTE CON MARÍA


Contemplemos el corazón de la Santísima Virgen —dolorido en la pasión—, en las lamentaciones del profeta Jeremías. El profeta está refiriéndose a la destrucción de Jerusalén, pero en esta poesía, que es la lamentación, hay muchos textos que recogen el dolor de una madre, el dolor de María. Como dice el profeta: “Un Dios que rompe las vallas y entra en la ciudad”.

Podría ser interesante el tomar este texto desde el capítulo II de las lamentaciones de Jeremías, e ir viendo cómo se va desarrollando este dolor en el corazón de la Santísima Virgen, porque puede surgir en nuestra alma una experiencia del dolor de María, por lo que Dios ha hecho en Ella, por lo que Dios ha realizado en Ella; pero puede darnos también una experiencia muy grande de cómo María enfrenta con fe este dolor tan grande que Dios produce en su corazón.

Un dolor que a Ella le viene al ver a su hijo en todo lo que había padecido; un dolor que le viene al ver la ingratitud de los discípulos que habían abandonado a su hijo; el dolor que tuvo que tener María al considerar la inocencia de su hijo; y sobre todo, el dolor que tendría que provenirle a la Santísima Virgen de su amor tan tierno por su hijo, herido por las humillaciones de los hombres.
María, el Sábado Santo en la noche y domingo en la madrugada, es una mujer que acaba de perder a su hijo. Todas las fibras de su ser están sacudidas por lo que ha visto en los días culminantes de la pasión. Cómo impedirle a María el sufrimiento y el llanto, si había pasado por una dramática experiencia llena de dignidad y de decoro, pero con el corazón quebrantado.

María —no lo olvidemos—, es madre; y en ella está presente la fuerza de la carne y de la sangre y el efecto noble y humano de una madre por su hijo. Este dolor, junto con el hecho de que María haya vivido todo lo que había vivido en la pasión de su hijo, muestra su compromiso de participación total en el sacrificio redentor de Cristo. María ha querido participar hasta el final en los sufrimientos de Jesús; no rechazó la espada que había anunciado Simeón, y aceptó con Cristo el designio misterioso de su Padre. Ella es la primera partícipe de todo sacrificio. María queda como modelo perfecto de todos aquellos que aceptaron asociarse sin reserva a la oblación redentora.

¿Qué pasaría por la mente de nuestra Señora este sábado en la noche y domingo en la madrugada? Todos los recuerdos se agolpan en la mente de María: Nazaret, Belén, Egipto, Nazaret de nuevo, Canaán, Jerusalén. Quizá en su corazón revive la muerte de José y la soledad del Hijo con la madre después de la muerte de su esposo...; el día en que Cristo se marchó a la vida pública..., la soledad durante los tres últimos años. Una soledad que, ahora, Sábado Santo, se hace más negra y pesada. Son todas las cosas que Ella ha conservado en su corazón. Y si conservaba en el corazón a su Hijo en el templo diciéndole: “¿Acaso no debo estar en las cosas de mi Padre?”. ¡Qué habría en su corazón al contemplar a su Hijo diciendo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, todo está consumado”!

¿Cómo estaría el corazón de María cuando ve que los pocos discípulos que quedan lo bajan de la cruz, lo envuelven en lienzos aromáticos, lo dejan en el sepulcro? Un corazón que se ve bañado e iluminado en estos momentos por la única luz que hay, que es la del Viernes Santo. Un corazón en el que el dolor y la fe se funden. Veamos todo este dolor del alma, todo este mar de fondo que tenía que haber necesariamente en Ella. Apenas hacía veinticuatro horas que había muerto su hijo. ¡Qué no sentiría la Santísima Virgen!

Junto con esta reflexión, penetremos en el gozo de María en la resurrección. Tratemos de ver a Cristo que entra en la habitación donde está la Santísima Virgen. El cariño que habría en los ojos de nuestro Señor, la alegría que habría en su alma, la ilusión de poderla decir a su madre: “Estoy vivo”. El gozo de María podría ser el simple gozo de una madre que ve de nuevo a su hijo después de una tremenda angustia; pero la relación entre Cristo y María es mucho más sólida, porque es la relación del Redentor con la primera redimida, que ve triunfador al que es el sentido de su existencia.
Cristo, que llega junto a María, llena su alma del gozo que nace de ver cumplida la esperanza. ¡Cómo estaría el corazón de María con la fe iluminada y con la presencia de Cristo en su alma! Si la encarnación, siendo un grandísimo milagro, hizo que María entonase el Magníficat: “Mi alegría qué grande es cuando ensalza mi alma al Señor. Cuánto se alegra mi alma en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava, y desde ahora me dirán dichosa todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí, su nombre es Santo”. ¿Cuál sería el nuevo Magníficat de María al encontrarse con su hijo? ¿Cuál sería el canto que aparece por la alegría de ver que el Señor ha cumplido sus promesas, que sus enemigos no han podido con Él?

Y por qué no repetir con María, junto a Jesús resucitado, ese Magníficat con un nuevo sentido. Con el sentido ya no simplemente de una esperanza, sino de una promesa cumplida, de una realidad presente. Yo, que soy testigo de la escena, ¿qué debo experimentar?, ¿qué tiene que haber en mí? Debe brotar en mí, por lo tanto, sentimientos de alegría. Alegrarme con María, con una madre que se alegra porque su hijo ha vuelto. ¡Qué corazón tan duro, tan insensible sería el que no se alegrase por esto!

Publicado por  Esta es nuestra casa (si pinchas las letras verdes visitas el blog, ¡no te lo pierdas!)

martes, 19 de abril de 2011

17/04/2011

Ayudaros unos a otros y serviros y amaros ser generosos.


Esta corriente fuerte es su Espiritu, del que estamos llenos y nos va pasando, no dejemos de alimentarlo.

domingo, 10 de abril de 2011

RETIRO SANACIÓN INTERIOR

Este fin de semana hemos disfrutado de un retiro de sanación interior. El Señor se ha derramado, nos ha sanado "lo escondido". Nos ha llevado de la mano, nos ha mostrado cómo está siempre a nuestro lado, que somos nosotros quienes no le buscamos, nos encerramos en nuestra desesperación, nos convertimos en víctimas, en vez de buscar su amor, su GENEROSO AMOR. Nos escondemos en nuestro dolor y no le escuchamos, porque si le escucháramos, en ese momento, esa PALABRA PODEROSA entraría hasta lo más profundo, su AMOR nos inundaría, y como el agua cuando rebosa en un vaso, sacaría fuera toda suciedad. ¡Alabado seas Señor, porque sólo Tú nos haces realmente libres!

miércoles, 6 de abril de 2011

TIEMPO DE CUARESMA

Queridos hermanos:
La enseñanza de hoy que tengo a bien compartir, con todo lo que esto supone de responsabilidad  y que  me planteo dar sin leer lo escrito; es decir de cara a todos, con la ayuda de la bendición del grupo que me protege y esperando ser guiado por el Espíritu Santo.

No es fácil para mí este cometido pues no tengo ni el conocimiento ni las tablas, como para salir airoso de este tema, pero Jesús ha querido que me enfrente a la timidez y me lo haya mostrado en varias ocasiones delante de él en la exposición del Santísimo.

¿Y de qué quiere el Señor que hable?
Haré un breve recorrido por la vida de Jesús en la tierra terminando por recordar su pasión y muerte que Dios me guie y corrija mis muchos errores.

Como comenzar ésta enseñanza, Él me ha  mostrado el camino y presentado a estos niños que tenemos delante de nosotros.
Hace poco tiempo celebramos su nacimiento en Belén, lugar al que llegaron sus padres para cumplir con la ley; aún estando María próximo su alumbramiento tomaron el camino y partieron confiando que encontrarían alojamiento en casa de familiares o amigos. Que desesperación no cundiría en el pobre San  José al no tener un sitio donde alojar a María en su estado. Pero Dios todo poderoso quiere que su hijo Jesús de testimonio y nace en una cueva para guardar ganado; cuando podía haber nacido en un palacio lleno de bienes y atenciones.
-Pero no- Él quiere que Jesús sea adorado por gente sencilla pastores y campesinos, hasta la llegada de los reyes magos.
El primer pensamiento que me da Jesús  en estas primeras palabras es la próxima visita que nos hará el Santo Padre en el mes de Agosto a Madrid, serán miles de Jóvenes los que necesitarán de nosotros para poder alojarlos en nuestras casas; demos muestras de fe y caridad para con los que nos visitan, nuestros hijos también fueron alojados cuando lo necesitaron en las  misiones que llevaron a cabo.

Y el niño creció como todo  niño con sus padres en el hogar, José y María no se diferenciarían de los padres de hoy, querían lo mejor para su hijo.
Aquí tenemos una buena nota de lo que es ser buen cristiano, José se fía y se hace cargo del niño, en aquellos años que lo más fácil era repudiar a la mujer en ese estado. Qué ejemplo nos da José tomando al niño y a su madre; en nuestros días lo normal es abortar y quitar la vida de una criatura inocente como Herodes pretendió con Jesús.

En los años siguientes recordaremos cuando  Jesús se perdió en el templo, ¡que disgusto, un niño perdido en una ciudad desconocida! La madre angustiada le reprende y pide explicaciones de su conducta, más Jesús le contesta, estoy ocupándome de las cosas de mi Padre Celestial.

Ya en las Bodas de Canaán Jesús muestra el respeto y el amor que tiene a su madre  cuando ésta le dice “no les queda vino”; a pesar de que Jesús le dice que todavía no había llegado su hora “obedece.” Tenemos una vez más a la madre adelantándose a los acontecimientos.

Jesús escoge entre sus discípulos a  doce para ser sus apóstoles, hombres humildes sencillos que dejan todo para seguirle, Él les promete hacerlos pescadores de hombres.
De nuevo Dios nos muestra como pudiendo elegir a hombres dotados de virtudes, elige personas normales como nosotros para extender su obra, y ser los predicadores de su divina enseñanza y para que así se manifestase el poder y la gloria de Dios en  nosotros.

Solo la fuerza de Jesús y el conocimiento de lo que el Padre tiene reservado para toda la humanidad, sabiendo que uno de estos fieles amigos le traicionaría ,puede hacernos comprender la misericordia  y el plan de salvación que nos tiene preparado, Él lo escoge, porque lo escrito ha de cumplirse.
  ¿Quién de nosotros escogería a alguien que sabemos nos va a traicionar? “nadie verdad”. Jesús nos dice con esto que  sus caminos no son nuestros caminos nada pasa por que sí, todo tiene un porqué  y Jesucristo con estos doce apóstoles y otros setenta Y dos tienen la misión más grande que los humanos podamos imaginar darnos el conocimiento y la fe para poder conseguir la vida eterna.

Son muchos los milagros que Jesús realizó  en su vida pública por lo cual no los voy a exponer aquí y ahora pero si recordar que todo era en obediencia a su Padre Celestial. 
Hermanos de la Nueva Jerusalém  estamos un día más reunidos ante el Señor, y como Él quiere que comente algo de la cuaresma, he aquí un siervo para hacer su voluntad.
Estamos ante unos días que si hemos estado atentos a lo que se mueve a nuestro alrededor, nos damos cuenta de lo vacio de nuestras vidas, nos encontramos en dos frentes: las personas que en ésta crisis lo están pasando mal, y los que por el contrario no les afecta. Bien empecemos por estos últimos, todos preparan con ilusión unas merecidas vacaciones, tiempo de descanso y ocio - como he dicho- preparan con ilusión, pues van a pasarlo genial contando los proyectos y lo felices que van a ser; pero mira por donde los planes se tuercen, y ¿con que se quedan? Con nada, vacíos – unas veces los aeropuertos, otras el tiempo- estos días maravillosos que hemos soñado se han ido al carajo ¡que decepción tanto tiempo planeando esto o aquello para nada.
No se tiene la fe necesaria para comprender que Dios les está mostrando una nueva oportunidad de acercarse a su hermano que lo necesita, que lo ha perdido y no lo encuentra.
Las vacaciones están muy bien, pero debemos mostrarnos más a los demás a cuantos nos encontremos en el camino, debemos aprender a transmitirles una palabra de amor o consuelo para llenar ese triste y desolado corazón.
Luego están los que por diversos motivos la Vida les ha dado un revés: tristes cabizbajos  escondiendo la cabeza bajo el ala; sus problemas son otros no podemos olvidarnos de ellos la situación actual es crítica para millones de personas ,el hambre, las guerras, las catástrofes, tanto naturales como las humanas.
Estos también necesitan de nuestra oración, son  muchos los que necesitan de nuestro apoyo espiritual y económico, hagamos un esfuerzo en estos días de cuaresma, para que nuestros hermanos más necesitados- pues hay muchos que les fallan las fuerzas y no pueden más- no les falte nuestro apoyo ¡demos un empujón entre todos! y el Espíritu Santo nos iluminará para combatir tanta necesidad que tenemos de luchar contra el maligno.
Esta es la enseñanza que Jesús ha querido que transmita a esta comunidad.
Recuerdo en mis oídos los martillazos que nosotros dimos en su día en la cruz en la que clavamos unas notas-, cuando hicimos el seminario de vida en el Espíritu-.En los momentos en que Judas le dio el beso cuando los apóstoles no pudieron velar ni una hora cuando más lo necesitaba, la negación de Pedro, que sería piedra de su Iglesia, la incredulidad de Tomás que solo si metía sus dedos en sus llagas creería etc.
Ahí en ellos también nos vemos reflejados nosotros estemos alertas pues el maligno acecha, y no siempre con cosas malas, se vale de toda clase de artimañas para poder entrar a por nosotros por eso también Jesús el propio hijo de Dios, fue tentado  en el desierto durante cuarenta días ofreciéndole comida y toda clase de poderes ¿Qué no hará para tentarnos a nosotros humildes criaturas del Señor? Oremos con fervor en estos días para alejar las tentaciones del demonio.

El Domingo de Ramos Jesús entra en Jerusalén a lomos de un asno, todo eran alabanzas, pero Él sentía miedo porque su hora estaba cerca muy cerca
Preparando la cena de Pascua con sus apóstoles, les comunicó lo que sucedería. 
La pasión fue tremenda, en la película de Mel Wilson, quedó altamente reflejada la pasión y muerte de nuestro Señor. Fue humillado azotado, escupido, torturado, clavado en la cruz, coronado de espinas y abandonado por sus discípulos, presos del miedo. Pedro llora al comprobar cómo sin querer, ha negado al maestro hasta tres veces.

¿Qué quiere Jesús de nosotros? Pues nos lo ha puesto fácil, que durante esta cuaresma estemos con Él haciéndole compañía, que no le dejemos solo, con la angustia de lo que le espera, su pasión y muerte, que estemos ahí acompañando a su madre traspasada por el dolor.

Acudamos al encuentro de Jesús con un corazón tierno, limpio y olvidemos durante unos días nuestros sufrimientos y dediquemos este tiempo a Jesús, más adelante, después de la resurrección hagamos nuestras peticiones, aunque Él no tiene inconveniente en escucharnos y atendernos, dejemos que disfrute con nuestra presencia,  pues  a su cuerpo no le queda un centímetro sano, tiene su cuerpo ensangrentado y la cabeza llena de espinas, no le queda sangre que derramar por nosotros pues de su cuerpo después de ser atravesado por una lanza brotó agua; esa agua que en su agonía pedía y que le dieron vinagre.
Hermanos aun suenan en mis oídos esos golpes que nosotros mismos clavamos en una nota en la cruz por eso oremos e intentemos agradar a Jesús en estas horas de sufrimiento. Pues Él siendo lo maravilloso que es, está pendiente de todas nuestras necesidades y nos las recompensa con creces,

Es tiempo de amar, estemos atentos quizás alguien nos necesite, estemos pues alerta el Señor nos lo ha mandado así” lo que hagáis con uno de estos pequeñuelos a mí me lo hacéis”. Si queremos consolar al Señor, hagámoslo en nuestros hermanos.
Estemos alertas, porque no sabemos el día ni la hora en que nos visitará, que todos podamos oírle decir algún día,” venid benditos de mi Padre”.  AMEN
 
.GLORIA A DIOS.

Emilio.

domingo, 3 de abril de 2011

2/04/2011


Yo os lleno y cubro con mi Espíritu Santo
las circunstancias no cambiarán,
pero Yo te Sanaré y no te herirán más.