domingo, 29 de abril de 2012

LA FE, DON DE SALVACIÓN

    Si tengo fe, creo que estoy salvado. Si estoy salvado, ¿porqué sufro tanto en vida? Y realmente, ¿estoy salvado?

    En los evangelios se nos comenta esto mismo, quien cree en Jesús y en su Palabra, está salvado y tendrá vida eterna. Pero fe verdadera, esa es la fe que se nos pide. Mc 11, 22-23.

    Pues así le diríamos a la montaña y ella se cambiaría de sitio. Pero como nosotros somos humanos, las leyes de la física están en contra de esto. Además, otras cosas que merman nuestra fe son los malos ejemplos que damos o que recibimos de otros cristianos. No por ello se debe de olvidar que primero debemos limpiar la viga de nuestro ojo antes que la paja del ajeno.

    La fe es como una planta que nos regalan con toda la ilusión. La ponemos en la mesa del salón y la vamos cuidando día tras día hasta que crece tanto que puede que pasen dos cosas:
   
    1ª. Que la planta empiece a estorbarnos y la eliminamos. La olvidamos en la terraza, se hiela, se seca y adiós problema.

    2ª. Que nos guste, estemos orgullosos de ella y la pongamos en un lugar preferente en nuestro hogar para que todo el nos visite sepa de su existencia.


   Así, igual, nos pasa con la fe. Esta nos cambia la vida, si la cambiamos es una nueva experiencia que no se puede ocultar


    La fe es algo increíble, esta nos hace creer en dios. Un dios que envió a su hijo hace mas de dos mil años a un pueblo que no creyó en el y que resucitó…hace falta fe. Pues somos seguidores suyos, de cristo. De un Dios que casi nadie ha visto en al historia…pues por su divina gracia nos a puesto entre su pueblo santo.

    Esta fe casi ya nos proporciona la salvación.

    Pero este caminar no es fácil, ya lo sabemos, y que arrastra unos deberes y obligaciones. También nos proporciona un gran premio final grandioso, algunos como la felicidad, ya lo podemos disfrutar en vida.

    Puede sonar un poco egoísta y raro el que uno siga a Cristo por “el premio”, no por otra cosa. Y no es así, lo hacemos por fe. Nadie tiene una experiencia de Dios en su viada, la cambia 180º de dirección solo por miedo al infierno. Lo hace por fe.

    Aún así, podemos encontrarnos con unas cosas que pasan con la fechando se manifiesta de una manera fuerte:

   _ Que no lo asimilemos. Miedo.
   _ Que nos indigestemos. Querer se santos repentina e instantáneamente.
   _ Que nos saturemos.

    No podemo9s pretender que todo el mundo sea como nosotros. No podemos acosar a la gente, ni a nuestros familiares. Todo con amor y la paciencia de Cristo. Cada cosa a su tiempo.

    Otros serán de los que ni ven, ni oyen , ni hablan. Son tocados por Dios pero se niegan con todo su afán y con todas sus fuerzas. Algunos de estos al final llegan a ser grandes santos.

    Ante todo esto, y si en nuestro entorno nos encontramos con algún caso, sólo nos queda actuar con  dulzura, buen ejemplo y mucha oración.

    La fe no es algo que nosotros le demos a los demás, es algo que si podemos preparar para que el Señor lo de en los que nos rodean. Ejemplo; a mis hijos no les he obligado, ni forzado a querer pertenecer a la iglesia. Es algo que con el ejemplo de mi entorno familiar se ha ido dando en ellos. Hemos cuidado nuestra hacienda para que Dios plante y luego brote la siembra.

    1ª de macabeos 2, 61. Este año recibirá al Señor por primera vez.

    Con la fe iremos en un caminar que un día tendrá curvas y otros irá por caminos más llanos. El caso es que estamos en el camino.

    Siempre será mejor gracias a la fe, tener tiempos de tibieza, a dejarlo todo por la comodidad o el vencimiento de la pereza sobre nosotros. El Señor siempre busca a todas sus ovejas y nos llama a cada uno de nosotros por nuestro nombre.

    Debemos reflexionas cuantas cosas hemos conseguido en la vida poniendo o no, las cosas en común con Jesús, con fe. Y lo que el no nos da, lo más seguro es que sea porque no nos conviene o no es el momento (no podemos regatearle a Dios con las cosas que le pedimos, nada de excesos, ni abusos. Nada de condiciones).

    Normalmente nosotros somos conscientes de lo que le pedimos. Que cosas son suscitadas por la fe en nuestras vidas y cuales no.

    No podemos juzgar la fe de nadie, ya que la tibieza de otro, en fe, puede ser un santo en comparación con nosotros.

  Los actos cristianos no son más o menos ni por el tiempo ni por la apariencia de lo que se está haciendo. Una vida de cristiandad no da más derecho que un año, ¡no!, un acto, sólo uno verdadero de fe y amor verdadero.

    Debemos de ser buenos arados, herramientas útiles para el Señor. Prepara bien el terreno para que la semilla se arraigue bien fuerte y que esa semilla brote y de fruto. Unos 40, otros 100 y otros 60. Cada uno lo que toque, sin agobios, somos humanos. No somos esclavos, somos amigos del Señor.

    En la fe y en el amor es donde se verá si somos benditos del Padre. Que sepamos que porque tuvimos fe hasta el final nos salvamos, porque cuidamos nuestra hacienda, nos salvamos.

    Gloria a Dios.

viernes, 20 de abril de 2012

LO QUE TÚ ME PIDAS, SEÑOR... YO TE QUIERO DAR...

Es bastante habitual que el hermano que da la enseñanza la cambie según le dicte el corazón, no se limita a lo que tiene escrito en un papel, por eso al transcribirlo se pierden muchas cosas; aunque también , al volver a leerlo descubres otras nuevas. Por eso vamos a intentar grabar la voz. Digo intentar porque no tengo grabadora, utilicé el móvil pero la grabación se paró a los cinco minutos, y se perdieron algunos segundos hasta que me di cuenta, por eso hay tres partes. La primera parte empieza en el segundo 16 aproximadamente, así que una vez deis al "play" esperar un poquito. 

 

¡Aleluya!¡Cristo ha resucitado!. Con su muerte y resurrección nos ha dejado un legado sin fin. Como siempre y en todo momento hacer la voluntad del Padre es lo primero, lo más necesario y lo más eficaz.
Estamos muy acostumbrados a pedir a Dios.... y es bueno. Cristo lo dijo: pedid y se os dará.....
Pero prestamos la misma atención para saber oír lo que Dios me pide, lo que Dios me pide... y una vez oído lo que Dios me pide (en mi vida y en mis acontecimientos) ¿yo lo quiero dar?¿estoy dispuesta o dispuesto a decir HÁGASE tu voluntad y no la mía, aunque lo que me pida no esté de acuerdo con nada de lo que yo había proyectado, incluyendo todo, lo espiritual y lo corporal.
Lo que tu me pidas Señor...
Abrahán supo oír la voz de Dios que le pedía que ofreciera a su único hijo.....hay más hijos...¿seríamos capaces de obedecer sin entrar en un tira y afloja con Dios, en un dialogo de trueque?. Yo siento que en mi se daría.
Estamos acostumbrados sólo a recibir.
Moisés hizo lo que Dios le pedía, era un proscrito de Egipto y Dios le pidió volver.
Lo que tu me pidas.....
A Nuestra Madre María Dios le pidió ser madre...y ella le dio su ser, le dio toda su vida. Nuestro Señor Jesús dio al Padre por todos nosotros un Si a su voluntad, sin medida. Y Dios lo ha ensalzado y glorificado y está sentado a la derecha del Padre, porque supo negarse a sí mismo y se doblegó al amor y a la voluntad de Dios Padre.
Mirando cada uno nuestras vidas, en estos momentos que nos están tocando vivir, podemos decir a Dios, apoyados en CristoJesús: LO QUE TÚ ME PIDAS YO TE QUIERO DAR, y no darte lo que yo hasta ahora te he dicho o he querido darte, que también, pero enséñame a darte, cada día más, lo que Tú me pidas.
¡Gloria a Dios! ¡Aleluya!

Dalia

domingo, 8 de abril de 2012

¡¡Feliz Pascua de Resurrección!!

HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI en la Vigilia Pascual- Sábado Santo 7 de abril de 2012

"En Pascua, en la mañana del primer día de la semana, Dios vuelve a decir: «Que exista la luz». Antes había venido la noche del Monte de los Olivos, el eclipse solar de la pasión y muerte de Jesús, la noche del sepulcro. Pero ahora vuelve a ser el primer día, comienza la creación totalmente nueva. «Que exista la luz», dice Dios, «y existió la luz». Jesús resucita del sepulcro. La vida es más fuerte que la muerte. El bien es más fuerte que el mal. El amor es más fuerte que el odio. La verdad es más fuerte que la mentira. La oscuridad de los días pasados ​se disipa cuando Jesús resurge de la tumba y se hace él mismo luz pura de Dios. Pero esto no se refiere solamente a él, ni se refiere únicamente a la oscuridad de aquellos días. Con la resurrección de Jesús, la luz misma vuelve a ser creada. Él nos lleva a todos tras él a la vida nueva de la resurrección, y vence toda forma de oscuridad. Él es el nuevo día de Dios, que vale para todos nosotros.

Pero, ¿cómo puede suceder esto? ¿Cómo puede llegar todo esto a nosotros sin que se quede sólo en palabras sino que sea una realidad en la que estamos inmersos? Por el sacramento del bautismo y la profesión de la fe, el Señor ha construido un puente para nosotros, a través del cual el nuevo día viene a nosotros. En el bautismo, el Señor dice a aquel que lo recibe: Fiat lux, que exista la luz. El nuevo día, el día de la vida indestructible llega también para nosotros. Cristo nos toma de la mano. A partir de ahora él te apoyará y así entrarás en la luz, en la vida verdadera. Por eso, la Iglesia antigua ha llamado al bautismo photismos, iluminación."
......
"Roguemos al Señor en esta hora que nos haga experimentar la alegría de su luz, y pidámosle que nosotros mismos seamos portadores de su luz, con el fin de que, a través de la Iglesia, el esplendor del rostro de Cristo entre en el mundo (cf. Lumen gentium, 1). Amén."

Texto completo aqui

lunes, 2 de abril de 2012

UNA HORA CON JESÚS

Queridos hermanos Carismáticos, un sábado más estamos reunidos para alabar y bendecir al Señor.
Otro día más que tengo ante mí la responsabilidad de la enseñanza; que a mí me cuesta y que no me resulta nada fácil.
Como ya sabéis y partiendo del llamado de Jesús a las servidoras de la comunidad, de que le adoráramos con más frecuencia y pasáramos más rato con El.
En el tiempo de Adviento y ahora en Cuaresma- y gracias al Párroco-se ha hecho posible el adorar y contemplar al Santísimo en la custodia.
Cada uno en la medida de sus posibilidades hemos elegido una hora entre las cinco y las ocho de la tarde, y siempre libremente y el tiempo que buenamente cada uno ha podido dedicar, con más o menos sacrificio según las circunstancias de cada uno.
Meditando en estos días ante Jesús Presente en el Santísimo Sacramento, en el silencio de la oración, sentí a mí lado como algo y acompañado de un escalofrío noté la presencia del Espíritu Santo junto a mí.
Su presencia tan cercana a solo un pelo de mí, hizo que me conmoviera, de nuevo cerré los ojos y me dejé llevar. El tiempo pasó tan de prisa que al instante se oyeron las campanadas; daban las seis de la tarde, hora en que los que me sustituyen comienzan a llegar. Me despido del Santísimo hasta el día siguiente.
Por la noche me acuerdo de lo sucedido en el silencio de mi habitación, pero no parece influirme mucho en el sueño pues al día siguiente me despierto tan plácidamente que no recuerdo haber soñado nada (dormí como un angelito).
Siguen los días ante el Santísimo y voy dando vueltas en la presencia de Jesús, pensando en la enseñanza que tenía que preparar próximamente, pidiendo que me iluminara.
Entonces comprendo lo sucedido en los días pasados. Jesús quiere que pasemos una hora al día con El, solo una hora de las muchas que desperdiciamos en tareas menores, como ver televisión, dejar pasar el tiempo en cosas que no aprovechan, o quizás ¡porqué no!, en trabajar más de lo necesario, sin pensar en que descuidamos cosas más importantes, como es para un cristiano la relación personal con Jesús.
Jesús desea que pasemos este tiempo con El, que abramos nuestro corazón y le dediquemos este rato de oración. No le abrumemos con nuestras necesidades.
Jesús sabe lo que necesitamos y lo tiene en cuenta, no las deja en el olvido. Sabe de nuestros sufrimientos, dolores y angustias de lo que nos cuesta muchas veces seguirle.
El quiere que estemos pendiente de su sufrimiento, la hora final está cerca y como hombre tiene temor, desconfianza, miedo, el sufrimiento será mucho y el dolor imponente.
Jesús desea nuestra presencia, ser consolado, amado y esto a mi me lo hizo ver de esta manera, ya que poco a poco nos fue allanando el terreno para que nos acercáramos a Él, pues pasamos de un frío intenso en la capilla a una temperatura bastante agradable.
Jesús tiene necesidad de nuestro apoyo ante tanto sufrimiento en estos momentos tan cruciales. Por eso pide que estemos con Él, meditando y orando a su lado.
Despejemos nuestra mente y recogidos en la capilla en compañía de María su Santísima madre; no le abandonemos en estos momentos finales de su vida entre nosotros.
Jesús oró en el desierto durante cuarenta días, a nosotros no nos pide tanto sacrificio, solo una hora en su presencia, ofreciéndosela con amor, como el amor que El tiene por cada uno de nosotros.
Acerquémonos con alegría sin preocupaciones “SOLO PARA EL”, que el ruido no desvíe nuestra atención. Que el maligno no enturbie nuestra mente, pues se sirve de muchas artimañas para distraernos y entrometerse entre Cristo y nosotros ya que el deseo de Satán es confundirnos.
La Virgen María le irrita profundamente, miremos a la Santa Madre de Jesús, cuando el demonio nos tiente, Ella le apartará de nuestro pensamiento.
Jesús nos ama profundamente a todos y cada uno de nosotros, nos ha sacado del fango una y otra vez. Como buen Pastor nos llama por nuestro nombre, poco es lo que nos pide para tanto como nos da. Abramos nuestro corazón en su presencia, para que le dejemos entrar.
Hermanos en estos momentos, algunos del grupo más algún parroquiano está orando ante el Santísimo y nosotros a su vez aquí cantando y alabándole. Pues que suenen esas guitarras y esas voces para la GLORIA DE DIOS.
Esta enseñanza llega un poco tarde, mañana será DOMINGO DE RAMOS y termina la Cuaresma pero el Señor ha querido que sea esto y no otra cosa lo que os trasmita. También aunque en otros tiempos de la liturgia sean menos intenso “SIEMPRE ES TIEMPO DE ORACION.”
En este día Jesús nos muestra una vez más su humildad llega a lomos de un borrico, El Rey de reyes que podía entrar en una carroza tirada por los más lindo caballos, se presenta a lomos de un asno, en Jerusalén; le acogen con vítores y palmas, pero Jesús sabe que su misión está llegando a su fin y siente el temor del sufrimiento a que ha de ser sometido antes de su muerte. Por eso acompañemos a Jesús en estos días de Pasión y muerte, como nos dijo en una de tantas Parábolas si el grano de trigo no muere no dará fruto “nosotros somos el fruto” .Nos has rescatado Señor con tu sangre.
Recordemos que tenemos ADORACION PERPETUA EN NUESTRA CIUDAD, todos los días del año las veinticuatro horas, acudamos a su lado, El nos da la dirección: CORREDERA DEL CRISTO, “para nosotros” camino de los cristianos.

GLORIA A DIOS.

Emilio